CULCAS EL ULTIMO REY TURDETANO II: AMAZIGH (Spanish Edition) by Mario Álvarez Ossorio

CULCAS EL ULTIMO REY TURDETANO II: AMAZIGH (Spanish Edition) by Mario Álvarez Ossorio

autor:Mario Álvarez Ossorio [ÁLVAREZ OSSORIO, MARIO]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 2018-09-08T03:00:00+00:00


XXI

Culcas estaba terminando de narrar a Izelta las peripecias del viaje.

-Desde las Pitiusas arribamos sin problemas a Hispania y costeando hacia el sur llegamos a las conocidas aguas del paso de las Columnas de Hércules. La última etapa del viaje ha sido un paseo comparada con el funesto principio. Los vientos nos han sido favorables y no hemos tenido encuentros desagradables con naves militares romanas ni piratas. Además nos hemos llevado una grata sorpresa al encontrarnos en el puerto con la Fortuna del capitán Afaned, les habíamos dado a todos por perdidos.

Izelta estaba recostada sobre un diván, bajo los pórticos que rodeaban el patio principal de la residencia del capitán Bostar en la ciudad de Tamuda. Mientras hablaba, Culcas observaba a su prometida recreándose en la figura de la mujer. Su cuerpo había cambiado en aquellos meses de ausencia de Culcas. Ya se empezaban a notar los efectos del embarazo, sus caderas habían ensanchado levemente, sus pechos habían aumentado de volumen y una incipiente curva se dibujaba en su vientre. Culcas notaba un extraño brillo en el rostro de la joven que aumentaba aún más la belleza de la amazigh que sería pronto su esposa.

- Sabía que volverías Culcas, los dioses han hablado, este niño crecerá bajo la sombra de su padre. Así me lo dijeron los adivinos de Ifri. Además no creas que iba a dejarte escapar tan fácilmente de la boda. -Izelta sonreía pareciéndole a Culcas una auténtica diosa del amor.

De los cuatro barcos que habían partido de Tamuda mes y medio antes, solo dos habían regresado, aún así la misión tuvo éxito pues el grano que trajeron fue enviado inmediatamente a Aedemón y permitió que su ejército pudiera seguir luchando. El capitán Afaned contó a Bostar, Culcas y Theophilos cómo aquella noche, tras escapar de Cartago, habían sido sorprendidos por una extraña y potente corriente que les separó del resto de la flotilla, al amanecer no vieron ninguna vela ni amiga ni enemiga y decidieron tomar rumbo norte con la esperanza de encontrarlos en el camino. Costearon la isla de Sardinia por el este empujados por una fuerte corriente por lo que adelantaron al resto de la flotilla en esos días. Cruzaron el estrecho entre Sardinia y Corsica y se dirigieron hacia las islas Gimnesias justo a tiempo para evitar la tremenda tormenta que ellos habían sufrido, en apenas quince días desde que partieran de Cartago habían completado la travesía y llegado a Tamuda.

Ahora que Culcas y Bostar habían vuelto a Tamuda se habían retomado los preparativos de la boda del turdetano con Izelta. Culcas volvía a vivir bajo el techo de Bostar, aunque aún en una habitación separada de la de Izelta por un largo pasillo. Los germanos fueron alojados en los cobertizos del patio trasero pues se negaban a separarse de Culcas, siempre había al menos uno a la vista vigilando al hispano, dispuesto a salir en su defensa si fuese necesario.

Las mujeres de la casa habían estado cosiendo dos hermosos vestidos para la novia, se encargaron cuencos y fuentes al taller de alfarería que había junto al mercado.



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